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La
existencia se desarrolla entre dos opuestos y a la vez
complementarios |
Muchos temen siquiera la palabra
muerte, así como un niño teme el primer día de clases en la
escuela. No sabe o no es conciente de la enseñanza y el
desarrollo que le espera.
Muy pocos tienen conciencia que de
todas maneras vamos a morir. Algunos se resisten a la idea,
principalmente en la cultura occidental. En la cultura oriental
se prepara para la muerte, inclusive hasta para comunicarse o
enviar regalos y comida a los muertos.
Sin entrar a discutir sobre si es
una creencia popular o realidad, lo cierto es que no se rehuye a
la muerte. Inclusive existen códigos de honor en donde la muerte
es un destino natural.
Pero antes, vamos a ir al comienzo
de la vida y de la muerte.
Al principio de la vida biológica no
existía la muerte, se trataba de organismos unicelulares. La
forma de reproducirse es particionándose haciéndose copias
idénticas. Claro que cada copia es susceptible de morir por
agentes externos, pero por si sola seguirá reproduciéndose. La
muerte bajo este concepto no existe.
Estos organismos unicelulares son de
diversos tipos, tienen diferente ADN. Aún ahora existen en
diversas formas.
Cuando estos organismos comenzaron a
evolucionar, unirse entre si y hacer estructuras mas complejas, comenzó otro tipo
de vida mucho más funcional con respecto a la vida en este
planeta. Los organismos unicelulares comenzaron a fusionarse
entre si, adquiriendo mas funciones, características, lo que les
permitían mayor cantidad de movimientos, ver, sentir, crecer.
En este proceso evolutivo de sentir
mas la existencia, en el proceso de expansión y crecimiento como
seres vivientes, se originó la muerte. Ya no fue posible como
criaturas más evolucionadas hacerse copias de si mismo, sino el
de seguir la fusión con su misma especie, pero con el polo
complementario. Esto es fusionándose macho y hembra, o ambos
polos dentro de uno mismo en el caso de los seres que poseen
ambos sexos.
Es decir en la evolución nació la
muerte. Siendo así, la muerte no es un término o un fin de la
existencia, sino un proceso evolutivo, una parte de la gran
cadena del fluir de la energía universal.
En este punto se han esbozado muchas
teorías que van desde la reencarnación hasta el cielo y el
infierno. Sin embargo, es tan sólo una transformación de la
energía.
Todos hemos muerto en esta vida
varias veces como ya hemos explicado en otra de las páginas del
portal. El cuerpo de cuando fuimos bebés ya murió, se transformó
en adolescente, luego también murió y se convirtió en adulto,
luego en anciano, pero el yo siguió viviendo, fluyendo por todos
estos cuerpos. De la misma manera, al morir el último de
nuestros cuerpos físicos, el yo, o la energía que dio vida
evolucionada a la materia, no se destruirá, sino que se alojará
en otro cuerpo que sea compatible con la energía liberada.
En este proceso puede pasar algún
tiempo mientras la energía, que se le puede llamar alma,
espíritu, chi, bioenergía, encuentre en donde seguir fluyendo.
Por otro lado, muchas religiones o
tradiciones místicas, consideran que existe un registro akáshico
o memoria de las existencias, que ahora podemos comprender mejor
por la electrónica de las computadoras. Este registro o
grabaciones de los acontecimientos en algún estado de vibración,
es muy probable que sean los que originan los diversos fenómenos
atribuidos a las espiritistas.
Otras filosofías o religiones dirán
que es el purgatorio, inventado por Dante Alighieri en su obra
máxima La Divina Comedia.
Hasta que la energía se aloje, es
probable que se pueda tener algún contacto con el alma del
fallecido, luego será tan sólo el registro akáshico o como se le
desee denominar.
En diversas culturas se dan
infinidad de interpretaciones. Los sabios lamas tibetanos dan de
comer a los buitres los cadáveres. Los espirituales hindúes los
incineran en el río sagrado Hanges contaminando mucho mas que
purificando.
En China se hacen arreglos
especiales de acuerdo al feng shui para que el fallecido siga
emanando energía y prosperidad a los descendientes, es decir los
antepasados tienen gran importancia en todo tiempo, la energía
sigue actuando, independientemente de que la personalidad o
individualidad no exista. Hemos podido comprobar que esto es
cierto. Un padre o abuelo mal sepultado no trae buenas cosas, es
preferible la cremación.
En Japón, un pueblo tan sabio, el
culto a los muertos tiene una gran importancia.
La muerte de un ser humano, se
siente por muchos factores, todos válidos. Pero, lo peor es por
no estar preparados ante lo evidente y la certeza que todos
moriremos.
La preparación consiste en dar a
nuestros seres queridos y a la humanidad todo de nosotros, sin
guardarnos nada, ya que no nos lo llevaremos. Consiste en dejar
enseñanzas de crecimiento, de trascendencia y por último dejar
en orden lo que le tocará a cada cual que se quede en este
planeta, cuando dejemos este cuerpo físico.
Hacia donde vamos, nunca hemos
preguntado cuando fuimos bebés, ni cuando fuimos adolescentes,
simplemente continuamos la vida. La palabra clave es fluir y
dejar fluir.
Acaso ¿Usted recuerda como se llamó
su tatarabuelo o su bisabuelo?. Cuando pasen apenas unos 30
años, casi nadie se acordará de Usted, salvo que sea un
personaje famoso.
Viva cada día como si fuera el
último. Goce, disfrute, comparta. Use sus cosas mas finas,
viaje, aprenda, enseñe, y, cuando muera que lo lloren mucho, que
lo rían mucho, que lo recuerden mucho y también que lo olviden.
Total, su cuerpo dejó de existir, su
energía seguirá eternamente. Usted es esa energía que seguirá
fluyendo.
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